23.5.08

Fotos del paseo literario, 5 de mayo de 2008


Aquí están las fotos, cortesía de Azahara Mora-Gil
y María Carmen Cuadrado...

Por una vez es un tema filosófico ;) .- Lidia Ochoa Peña

Ahora, como es normal, estoy pasando por una etapa de sufrimiento emocional y creo que esto es compartido por todos. En ocasiones veo muy cercano el futuro que siempre había creído que nunca llegaría, otras parece que hace 10 minutos que acabo de cumplir los 10 añitos.... A este conjunto de sentimientos le podemos sumar otros tales como el valor de las personas ajenas a tu familia, por ejemplo los amigos, compañeros. Es triste pensar que personas que acabas de conocer te tienen más aprecio que tu propia familia o amigos más cercanos, pero también puede resultar deprimente que siempre sean los mismos los que siempre te quieren. Ni me gusta el blanco, ni me gusta el negro; con mucho me agobio y con poco me falta..... ¿cómo entender esta situación? Todo el mundo te dice: eres adolescente, es normal que te pasen esas cosas y de repente piensas que eres como todos los demás, cuando te habías considerado siempre diferente y orgulloso de ello. Los adultos te cuentan sus antiguas experiencias pero siempre se piensa que el propio caso es especial, pero se agradece mucho la ayuda ofrecida. En esta época de la vida se tienen muy en cuenta las decisiones, dado que es cuando empiezas a tenerlas con bastante relevancia en tu vida. Ahora yo me encuentro en una situación muy complicada para mí, en la cual entran en conflicto tanto mis sentimientos como mi razonamiento y es la siguiente: Siempre había deseado hacer algo, casi desde que tengo uso de razón, y siempre pensé que en cuanto tuviera la oportunidad lo haría; sin embargo ahora se me presenta la oportunidad de hacerlo y no quiero. La razón principal de que no quiera es el miedo, tan presente en mi vida, que no consigo obviarlo en ningún momento. En ese momento en el que tú te das cuenta de lo que está pasando se me formula la siguiente pregunta en la cabeza: ¿en realidad me conozco tanto como yo creo? o bien ¿alguna vez tendré claro lo que quiero hacer? Yo creo que nunca se es lo demasiado mayor para comprender la vida o para comprenderse a sí mismo. Cuántas veces habré tenido que escuchar eso de: te valoras muy poco, tienes mejores capacidades de las que tú te crees, o cosas por el estilo. Pero pienso: ¿en realidad me lo dicen porque lo sienten o porque es verdad? Una vez más me quedo con la duda porque nunca podré saber las intenciones de los demás.............
Ahora es cuando hago la gran reflexión: si nunca podré comprender lo que la vida significa, ni a mí misma, ni a los demás, ¿qué puedo hacer?
La única respuesta que puedo dar es que luches por lo que quieres, tapándote los ojos y tirando hacia adelante..................

21.5.08

Reflexión acerca de la verdad

Esta mañana hablando con mi madre me di cuenta de que en ocasiones la verdad es tan dolorosa para nosotros que en ocasiones nos negamos a reconocerla o a creerla cierta(...) Mi madre es una persona tolerante y respetuosa, pero cuando se trata de personas homosexuales prefiere desviar su atención hacia otras activades y limitarse a decir "cada uno puede hacer lo que quiera", cuando ella se enteró de que yo era una de esas personas se negaba a creerlo y decía que me dejase de versiones filosóficas (represión) y que todo es por culpa de las influencias (amigos). Esto me lleva a pensar si es mejor no saber la verdad y quedarse eternamente en la caverna por miedo a lo que puedas saber,especialmente de tu entorno, o afrontar la realidad. Además nuestra conversación me hizo recordar lo que explicaba Freud de la mente humana: ¿realmente es consciente de lo que estaba diciendo o no?

15.5.08

La filosofía

Hoy es el primer día de vacaciones de navidad y qué casualidad que es precisamente este día cuando me he puesto enferma. Esto me ha hecho reflexionar que no apreciamos lo que tenemos hasta que lo perdemos. Sinceramente creo que muy pocas personas se levantan por la mañana y, cuando se sienten bien, dicen “qué bien estoy”. Parece que las cosas que apreciamos son invisibles ante nuestros ojos. No notamos su presencia, pero seguro que notaríamos su ausencia. Es como cuando respiramos. Mientras lo hacemos, la gran mayoría de las veces, no nos acordamos de que lo hacemos. Estamos ya acostumbrados. Pero seguro que notaríamos si faltase el aire.

5.5.08

Fotos de la excursión a Toledo


Aquí



Fotos por Azahara Mora-Gil, Mª Carmen Cuadrado y...
otr@s