18.1.08

La muerte

Estaba con mi hermano cuando éste me preguntó que cuándo se moriría.

Me lleva a pensar en que todos sabemos desde pequeños que moriremos, es decir, nacemos sabiendo que moriremos. Casi nadie se para a pensar en la muerte, creo que de alguna forma nos condicionaría nuestra manera de vivir (...).

1 comentario:

Anónimo dijo...

EN EL MOMENTO DE TU MUERTE

Al irte, atravesaste el duro muro
con fuerza poderosa,
y por el repentino boquete,
entre el polvo levantado y las piedras
caídas al penetrar tu cuerpo por allí,
irrumpieron fragmentos de verdades brillando extrañamente,
rotas, interrumpidas
en el momento culminante...

Un jadeo
acaso,
una respiración
latente,
un ritmo de conversaciones
musitadas o implícitas,
acalladas,
en todo caso,
rápidamente, llegaron,
o lo creímos de este modo,
hasta nosotros.Hubo
enseguida un viento
furioso,
entraron unas hojas
en rachas huracanadas que pronto se desvanecieron,
al contacto del aire
de nuestro lado.El resplandor
no duró mucho,
aunque nos cegara
por un poco de tiempo.
Aquello,
si existió,
se apagó, en efecto,
no tardando.

Y luego
regresamos humildes,
responsables,
a nuestra rutinaria
tarea cotidiana."Buenas tardes", decimos,
con naturalidad,
a nuestros convecinos, olvidados del todo
de aquel instante en que latieron juntos,
si fue así,
viento y fulguración.Y continuamos
sin levantar cabeza
de nuestro libros y calamidades,
día tras día.Mas alguna vez,
sin proponérnoslo,
vuelven a nuestra mente,
durante un punto casi inapreciable,
ráfagas y luz fatuas,hojas
intermitentes,
que se hacen nimias,nulas,
voces que se corrigen
apagándose.Y un silencio
después
interminable.

Y nos quedamos hondos, pensativos.