15.6.08

Ser y tener

Tengo la sensación de que todos los anuncios son el mismo, aunque no anuncien el mismo producto. Comprando el producto del que nos hacen publicidad nos prometen éxito. Y el éxito está muy valorado en nuestra sociedad, por lo que todo el mundo lo quiere. De esta forma la publicidad nos induce a comprar desmesuradamente bienes que, en muchos casos, no necesitábamos. Nos impone lo que tenemos que querer creando necesidades ficticias. Se aprovecha de la ambición natural del ser humano, que acaba confundiendo finalmente el “ser” con el “tener”. Algún día acabaremos “ciegos” de tantas cosas que nos “meten por los ojos”.

La felicidad

Estuve reflexionando sobre la felicidad. Es un bien que hace que el que lo posee ya no desee otra cosa y, en mi opinión, eso no pasa con ningún otro bien, por eso es tan especial. Lo mejor es que hay muchísimas maneras de ser feliz, como personas hay en el mundo, es decir, cada persona entiende por felicidad una cosa. Por ejemplo, para un monje la felicidad será estar en el monasterio, y la tranquilidad. Por eso no se puede obligar a las personas a ser felices de una determinada manera, simplemente decir cuál es la tuya e invitar a los demás a seguirla. La felicidad es por lo que realizamos las cosas y si vamos haciendo preguntas sobre el porqué de cada cosa en nuestra vida aparecerán una serie de preguntas encadenadas, y la respuesta de la última será: “para ser feliz”. Por ejemplo: tiene sentido preguntar “¿un coche? ¿para qué?”, “¿un edificio? ¿para qué?” Y, sin embargo, no tiene sentido preguntar: ¿felicidad? ¿para qué?

¿Dosis de realidad o gusto por la sangrecilla? .- Edgar Jiménez Triguero

Ayer, o anteayer, ojeaba el periódico "El País" en el metro, buscando la tira de Forges... en esto me encuentro a cuatro columnas una fotografía: la mano del cadáver de una niña, uñas moradas, apretando un bolígrafo en su último gesto antes de morir sepultada por los escombros de su colegio, en China, tras los terremotos.
En ese momento recordé el reportaje de Telemadrid que la semana pasada narraba cómo una anciana había muerto atropellada. En el último plano de este reportaje la cámara se cerraba sobre el cuerpo cubierto por una manta, justo en el momento en que el viento la levantaba y dejaba al descubierto un pie de la víctima. Recuerdo también el interminable desfile de imágenes de cadáveres flotando en inundaciones, cuerpos mutilados en Irak ...recuerdo incluso hace un par de años, cuando Antena 3 compró a un videoaficionado una grabación en la que un amigo suyo perdía la vida al hacer puenting con una cuerda demasiado larga. Muy orgullosos de su adquisición la pasaron 2 ó 3 veces al día durante una semana.

Me paro a pensar y no se qué decir: por un lado está el derecho a la información, la libertad de expresión, y sobre todo el que para mí debería ser el mayor reto de un periodista: mostrarnos a todos sin ningun tipo de filtro las consecuencias globales del sistema en el que estamos metidos.

Por el otro: ¿dónde terminan las nobles intenciones y los sagrados derechos, y dónde comienza el morbo y el sensacionalismo? ¿realmente es necesario llegar a ese punto?


Apuntes Unidad 9

Tema 9: el estudio psicológico del ser humano

1. El modo humano de conocer: el conocimiento.

1.1. Percepción e inteligencia

El conocimiento humano involucra el concurso simultáneo de dos facultades: (1) la percepción y (2) la inteligencia.

(1) En cuanto a la percepción, hemos de decir que es una capacidad activa y no meramente receptora. El individuo que percibe está ya interpretando de alguna manera lo que percibe, esto es, entiende lo percibido como siendo “algo”: como algo con una forma determinada, y no como una mera suma de elementos independientes. A este respecto, las leyes de la percepción enunciadas por la Escuela de la Forma (Gestalt, en alemán) pusieron de manifiesto que siempre que es posible se percibe una forma o figura, según las siguientes leyes (Ampliación: Anexo apartado 1.1).
A estas leyes debemos añadir las de forma y fondo, por la que percibimos siempre la figura sobre un fondo que queda en segundo plano, y, relacionado con esto, la del carácter selectivo de la percepción, por el que destacamos unos estímulos sobre otros en función de nuestros intereses o experiencias previas (Ampliación: Anexo apartado 1.2)

Pero además percibir es percibir algo (objeto) como algo (sentido). Lo que percibimos no es simplemente un conjunto de cualidades, sino un objeto que tiene algún sentido para nosotros: percibimos esto como un perro, lo de más allá como el llanto de un niño, etc. Es decir, percibir es interpretar, interpretación que depende de nuestra experiencia anterior y de los conceptos a través de los cuales “clasificamos” la realidad. Por ello puede decirse que en la percepción interviene también la inteligencia o entendimiento (Ampliación: Anexo apartado 1.3 y 2.1)

(2) La inteligencia podemos definirla como la capacidad de desvelar la estructura de la realidad a partir de los datos proporcionados por los sentidos e inventar de este modo una respuesta a la realidad; podemos considerarla desde dos vertientes diferentes pero interrelacionadas.

a. Dimensión práctica de la inteligencia

Por un lado, la inteligencia humana tiene una dimensión práctica de respuesta a y transformación de lo real. La inteligencia no trata de entender por entender, sino que el entendimiento es un instrumento para dar respuesta a la realidad. Forma parte del modo como los seres humanos (en tanto organismos biológicos con necesidades que generan a su vez deseos los cuales se transforman, mediante una valoración consciente en proyectos) damos respuesta y tratamos de adaptarnos a nuestro entorno.
En cuanto capacidad de proyectar la inteligencia humana incluye actos como deliberar, es decir, analizar las posibilidades que tenemos a nuestro alcance y crear nuevas posibilidades mediante la facultad de la imaginación.

Los problemas a los que se enfrenta la inteligencia a la hora de decidir una determinada conducta son:

-En primer lugar la conducta es un modo de desplazar el cuerpo en el espacio y establecer relaciones con los cuerpos circundantes; de ahí que la inteligencia esté ligada a la habilidad, la destreza y la armonía corporales.
-La posibilidad de decidir sobre la propia conducta implica tener que modificar conductas previas. A esta modificación se la denomina aprendizaje, por tanto la inteligencia es también capacidad de aprendizaje.
-Cualquier conducta es un intento por alcanzar unos fines mediante el empleo de unos medios. A la inteligencia corresponde determinar cuáles son los medios idóneos para la consecución de los fines propuestos, es decir, tiene una función técnica o instrumental.
-La valoración de lo real en función de los proyectos que nos proponemos tiene una base biológica en las emociones, y básicamente en los sentimientos de placer y dolor. Esto nos hace caracterizarla como inteligencia emocional. Son las emociones y sentimientos los que “dirigen” la inteligencia en un sentido u otro. A su vez, la inteligencia dirige la conducta del organismo, puesto que decide cuál ha de ser la respuesta más adecuada a las incitaciones de lo real.
-Estos fines de los que hablamos pueden ser buenos o malos, justos o injustos. La decisión sobre la bondad y justicia de los fines es asunto de la moral, y, por ello, la inteligencia humana es moral. Toda conducta inteligente tiene, pues, un componente moral inexcusable.

b. Dimensión teórica de la inteligencia

Por otro lado la inteligencia humana tiene una dimensión teórica. Esta dimensión de la inteligencia involucra actos como abstraer, entender, simbolizar, formalizar, etc. Se trata de un intento por comprender la estructura de la realidad tal como es en sí misma, para poder desarrollar respuestas complejas ante los problemas que plantea. Los logros científicos sirven no sólo para conocer sectores de realidad sino para desarrollar instrumentos técnicos que faciliten la vida humana y la mejoren.
Todas estas capacidades no serían posibles sin eso que llamamos conciencia. Esta puede entenderse en dos sentidos, como “capacidad de distinguir el bien del mal” y entonces hablamos de conciencia moral; o bien como “darse cuenta de…”, es decir, ser consciente de las cosas. Aquí la trataremos en este segundo sentido.

1.2. La dimensión social del conocimiento.

El conocimiento humano está necesariamente condicionado por la sociedad, tiene una dimensión social. Esta se debe, en primer lugar a la modulación cultural de la atención, es decir, a que es la sociedad la que establece qué merece ser objeto de atención y qué no. En función del tipo de cultura y de entorno que tenga cada sociedad se seleccionarán como dignos de atención unos elementos u otros. De esta forma, cada sociedad favorece el desarrollo de unas determinadas habilidades perceptivas, que configuran las pautas perceptivas que influyen en el modo de percibir en general y consecuentemente, el modo de conocer.
La modulación de la atención es clave, asimismo, en la definición de los intereses del ser humano. No pueden ser los mismos los intereses de un habitante de la selva amazónica que los de un habitante de Nueva York.
En segundo lugar, el conocimiento que tenemos del mundo está condicionado socialmente a través del lenguaje (que es una creación social y no individual), puesto que éste nos ofrece el arsenal de conceptos con el que tratamos de conocer y explicar el mundo y con el que articulamos el conocimiento disponible. Cada idioma ofrece un modo particular de acceso al mundo pues establece una sintaxis propia y un modo específico de articular ideas y conceptos.

1.3. El modo humano de sentir: deseos, emociones y pasiones.

En cuanto ser abierto al mundo el ser humano resulta afectado por las realidades circundantes, que suscitan en él sentimientos. Según J.A. Marina “los sentimientos son bloques de información integrada que incluyen variaciones en las que el sujeto está implicado, sujeto al que proporcionan un balance de la situación y una predisposición a actuar”. En la estructura de los sentimientos pueden reconocerse tres dimensiones:

-cognoscitiva: los sentimientos son respuestas afectivas a situaciones percibidas, forman parte de nuestra respuesta a lo real.
-afectiva: Las situaciones percibidas son evaluadas como dolorosas/placenteras; atractivas/repulsivas… Esta evaluación resulta de poner en relación la situación concreta con el yo que la vive y sus proyectos.
-comportamental: La experiencia de los sentimientos propone un tipo de expresión de los mismos (llanto, grito…) y un comportamiento (huida, lucha…). Estas expresiones y comportamientos pueden ser reprimidos o contradichos por los individuos, siempre hasta cierto punto.

En virtud de la plasticidad y capacidad de adaptación de los seres humanos, los sentimientos pueden ser educados, de forma que se adquieran determinados hábitos sentimentales.

La conciencia de los propios apetitos es lo que se denomina deseo, que, como hemos visto, constituye el motor el comportamiento humano. La satisfacción o insatisfacción de los deseos en función de las situaciones vividas y percibidas suscita determinados sentimientos (alegría, tristeza, amor, odio etc.) como respuesta. Si esta respuesta es inmediata, breve y repentina y provoca modificaciones fisiológicas muy claras y estereotipadas, se habla de emoción. Si lo que sentimos nos arrastra incontrolablemente, debido a su intensidad, y anula en mayor o menor medida nuestra voluntad, nos encontramos ante lo que se conoce como pasión.

2. Características del hecho psíquico.

2.1. Naturaleza de la mente (en el libro, Apartado 1.1.)

-inextensión: el hecho psíquico, al contrario que el físico, no está localizado en el espacio, aunque sí en el tiempo: no tiene sentido decir “siento una duda por esta zona”, aunque sí puedo decir “estoy dudando ahora”
-intencionalidad (en el libro)
-intimidad (en el libro)
-consciencia (primera parte del apartado 1.2. en el libro)


2.2. Freud y la crítica del yo como autoconciencia

Sigmund Freud (1856-1939) pone en entredicho la identificación de yo y conciencia. De sus investigaciones se deduce que una gran parte de lo que llamamos “yo” (recuerdos, inclinaciones, deseos, ideas, valoraciones sobre la realidad, etc.) no nos es accesible, es decir, no somos conscientes de ello. Nuestra conducta es, por tanto, el resultado de una multitud de variables, muchas de las cuales no conocemos propiamente.
La teoría freudiana se denomina psicoanálisis y es tanto una teoría sobre la naturaleza del psiquismo humano y las leyes que rigen su desarrollo como una terapia, esto es, un procedimiento para “curar” dolencias psíquicas. En un primer momento Freud, médico en la Viena de los años 20, recibía en su consulta ciertas dolencias aparentemente físicas, tales como parálisis, amnesias, afasias (pérdida del habla), etc. Sus investigaciones conducen a varias conclusiones:

-el origen de estas dolencias era estrictamente psíquico, y estaba relacionado con sucesos ocurridos en la infancia de los pacientes (que eran, en un principio, en su mayoría mujeres). Estos sucesos habían sido reprimidos (olvidados, ocultos), esto es, alojados en el subconsciente, por el dolor que suponían para el paciente; se establece así la distinción clave entre consciente e inconsciente.

-estos hechos psíquicos reprimidos (no tienen por qué ser sucesos reales, basta con que fueran mal-interpretados ciertos hechos) se manifiestan de varias maneras: a través de los sueños, “disfrazados”, en un código simbólico que es necesario conocer para interpretarlos, y a través de ciertos síntomas: manías, tics, actos fallidos, o dolencias más graves como las mencionadas arriba. Cuando estos hechos reprimidos no son sacados a la luz y comprendidos, se genera una “enfermedad” psíquica llamada neurosis.

-la infancia se revela como el periodo de mayor importancia en el desarrollo del psiquismo; los conflictos no resueltos que generan las neurosis se dan en esta etapa. Algunos de estos conflictos pueden ser: los complejos de Edipo y Elektra (los impulsos afectivo-sexuales primarios en los niños hacia sus progenitores), la necesaria contención de la agresividad, algún hecho traumático, etc.

-el modo de “curar” estas dolencias es el psicoanálisis: el relato por parte del paciente de sus vivencias, aparentemente irrelevantes, permite al terapeuta su reconstrucción e interpretación, de modo que salgan a la luz estratos cada vez más profundos del subconsciente. Los sueños y la libre asociación de ideas del paciente son los mejores medios para acceder al subconsciente.

Desde Freud, la auto-transparencia de la conciencia es puesta en entredicho. ¿Puede ser el ser humano definido como “ser racional” después de esto, si su conducta está determinada por impulsos inconscientes?


3. El modo humano de obrar: la voluntad.

Suele caracterizarse el comportamiento humano como libre y responsable. Ahora bien, ¿qué significan y en que consisten esa libertad y responsabilidad?

Los seres humanos, como organismos que somos hemos de enfrentarnos al problema de desarrollar un comportamiento que satisfaga nuestras necesidades en función de los recursos que el medio nos proporciona. Ni los estímulos exteriores (extereoceptores/ recursos) ni los interiores (interoceptores/necesidades) determinan nuestro comportamiento. Liberados de los estímulos (internos y externos) nos vemos en la tesitura de tener que decidir un comportamiento . La libertad es el poder que el organismo humano tiene de elegir entre distintas posibilidades. Esto tiene dos consecuencias importantes:

-Los seres humanos podemos crear, y de hecho creamos, necesidades distintas a las vinculadas estrictamente a la supervivencia. Esta posibilidad nos convierte en seres eternamente insatisfechos.

-La insatisfacción nos mueve a intentar satisfacer las necesidades (primarias o no) mediante la creación de “útiles” o utensilios, que es precisamente en lo que consiste la tecnología. El hombre es el ser tecnológico por excelencia.

La idea de libertad puede caracterizarse de diversas maneras. Tradicionalmente se distingue entre libertad negativa (libertad de) y libertad positiva (libertad para). La primera consiste en la ausencia de impedimentos o coacciones para la realización de una acción, que es en lo que consiste la segunda. Ambas nociones son, como se ve, complementarias. Esto supone que los márgenes de libertad negativa disponibles determinan el abanico de opciones entre las que podemos (o tenemos que) elegir.
Cada una de las decisiones y elecciones que tomamos a lo largo de nuestra vida conlleva una serie de repercusiones tanto para el sujeto como para los demás y para el medio:
-Para el sujeto porque cada una de las decisiones que toma una persona va dibujando lo que progresivamente es. A través de sus decisiones cada individuo va “haciéndose a sí mismo”. La repetición de actos genera hábitos, y el conjunto de los hábitos de una persona configura su carácter, que se expresa en una tendencia a comportarse de un modo determinado. De este modo, podemos decir que en cada decisión vamos construyendo nuestro carácter. Ningún acto humano es irrelevante para quien lo comete, puesto que como humanos “nos la jugamos” en cada acto.
-Para los demás porque todo lo que se decide repercute en los demás. Toda acción es social, puesto que las posibilidades que tienen los demás dependen de lo que hagamos con las nuestras y viceversa. Esta repercusión acontece tanto por lo que hacemos (acción) como por lo que dejamos de hacer (omisión).
-Para el medio porque como organismos que somos, toda acción que realizamos repercute en el medio del que formamos parte. Toda acción establece un tipo de relación con el medio y nadie puede aspirar a no modificarlo. Vivir es, entre otras cosas, modificar el medio.

Todo lo anterior nos conduce a las nociones de responsabilidad y compromiso. Somos responsables de nuestras acciones (tenemos que poder responder de ellas) y de sus consecuencias y en este sentido quedamos comprometidos por ellas.


3.1. La dimensión social del comportamiento.

La mediación social, cultural e histórica afecta también al modo humano de obrar, es decir, al comportamiento humano. Planteemos una pregunta aparentemente sencilla: ¿somos libres a pesar de los demás o gracias a ellos? Toda sociedad humana favorece, mediante el proceso de socialización, el desarrollo en mayor o menor medida de la libertad a través de la demora en la satisfacción de los deseos o, incluso, su renuncia.
La socialización del individuo, mediante la educación, consiste en ser capaz de “negociar” la relación existente entre deseo y comportamiento que lo satisface, ya sea para contar con los demás (que también tienen deseos similares) o para establecer los medios e instrumentos que conducen a la satisfacción del deseo. De esta forma, el aplazamiento o renuncia a la satisfacción del deseo que toda sociedad impone a sus integrantes se muestra como condición indispensable para el desarrollo de la libertad humana. La libertad sólo puede desarrollarse gracias a los demás, precisamente en la medida en que los demás limitan nuestro deseo y nos imponen “no hacer lo que nos de la gana”. Dicho de otro modo, a la autonomía (darse a sí mismo las normas) sólo puede llegarse mediante la heteronomía (recibir las normas de otros).

Por otro lado, el patrimonio cultural e histórico que cada sociedad pone a nuestra disposición determina los límites de nuestra libertad. En sentido negativo porque establece las posibilidades para su ejercicio, es decir, cada sociedad dispone de unos márgenes de libertad negativa más o menos amplios. En sentido positivo porque favorece la adquisición de las posibilidades y recursos (técnicos, científicos, jurídicos…) que cada sociedad, en un marco cultural determinado, ha ido conquistando con esfuerzo a lo largo de su historia y que establecen determinadas condiciones de vida: los modos culturales de satisfacción de las necesidades humanas (alimento, vestido, descanso, curación…) a partir de los cuales cada individuo establece su proyecto de vida (libertad positiva).

Descárgate los apuntes en fomato Word aquí

23.5.08

Fotos del paseo literario, 5 de mayo de 2008


Aquí están las fotos, cortesía de Azahara Mora-Gil
y María Carmen Cuadrado...

Por una vez es un tema filosófico ;) .- Lidia Ochoa Peña

Ahora, como es normal, estoy pasando por una etapa de sufrimiento emocional y creo que esto es compartido por todos. En ocasiones veo muy cercano el futuro que siempre había creído que nunca llegaría, otras parece que hace 10 minutos que acabo de cumplir los 10 añitos.... A este conjunto de sentimientos le podemos sumar otros tales como el valor de las personas ajenas a tu familia, por ejemplo los amigos, compañeros. Es triste pensar que personas que acabas de conocer te tienen más aprecio que tu propia familia o amigos más cercanos, pero también puede resultar deprimente que siempre sean los mismos los que siempre te quieren. Ni me gusta el blanco, ni me gusta el negro; con mucho me agobio y con poco me falta..... ¿cómo entender esta situación? Todo el mundo te dice: eres adolescente, es normal que te pasen esas cosas y de repente piensas que eres como todos los demás, cuando te habías considerado siempre diferente y orgulloso de ello. Los adultos te cuentan sus antiguas experiencias pero siempre se piensa que el propio caso es especial, pero se agradece mucho la ayuda ofrecida. En esta época de la vida se tienen muy en cuenta las decisiones, dado que es cuando empiezas a tenerlas con bastante relevancia en tu vida. Ahora yo me encuentro en una situación muy complicada para mí, en la cual entran en conflicto tanto mis sentimientos como mi razonamiento y es la siguiente: Siempre había deseado hacer algo, casi desde que tengo uso de razón, y siempre pensé que en cuanto tuviera la oportunidad lo haría; sin embargo ahora se me presenta la oportunidad de hacerlo y no quiero. La razón principal de que no quiera es el miedo, tan presente en mi vida, que no consigo obviarlo en ningún momento. En ese momento en el que tú te das cuenta de lo que está pasando se me formula la siguiente pregunta en la cabeza: ¿en realidad me conozco tanto como yo creo? o bien ¿alguna vez tendré claro lo que quiero hacer? Yo creo que nunca se es lo demasiado mayor para comprender la vida o para comprenderse a sí mismo. Cuántas veces habré tenido que escuchar eso de: te valoras muy poco, tienes mejores capacidades de las que tú te crees, o cosas por el estilo. Pero pienso: ¿en realidad me lo dicen porque lo sienten o porque es verdad? Una vez más me quedo con la duda porque nunca podré saber las intenciones de los demás.............
Ahora es cuando hago la gran reflexión: si nunca podré comprender lo que la vida significa, ni a mí misma, ni a los demás, ¿qué puedo hacer?
La única respuesta que puedo dar es que luches por lo que quieres, tapándote los ojos y tirando hacia adelante..................

21.5.08

Reflexión acerca de la verdad

Esta mañana hablando con mi madre me di cuenta de que en ocasiones la verdad es tan dolorosa para nosotros que en ocasiones nos negamos a reconocerla o a creerla cierta(...) Mi madre es una persona tolerante y respetuosa, pero cuando se trata de personas homosexuales prefiere desviar su atención hacia otras activades y limitarse a decir "cada uno puede hacer lo que quiera", cuando ella se enteró de que yo era una de esas personas se negaba a creerlo y decía que me dejase de versiones filosóficas (represión) y que todo es por culpa de las influencias (amigos). Esto me lleva a pensar si es mejor no saber la verdad y quedarse eternamente en la caverna por miedo a lo que puedas saber,especialmente de tu entorno, o afrontar la realidad. Además nuestra conversación me hizo recordar lo que explicaba Freud de la mente humana: ¿realmente es consciente de lo que estaba diciendo o no?

15.5.08

La filosofía

Hoy es el primer día de vacaciones de navidad y qué casualidad que es precisamente este día cuando me he puesto enferma. Esto me ha hecho reflexionar que no apreciamos lo que tenemos hasta que lo perdemos. Sinceramente creo que muy pocas personas se levantan por la mañana y, cuando se sienten bien, dicen “qué bien estoy”. Parece que las cosas que apreciamos son invisibles ante nuestros ojos. No notamos su presencia, pero seguro que notaríamos su ausencia. Es como cuando respiramos. Mientras lo hacemos, la gran mayoría de las veces, no nos acordamos de que lo hacemos. Estamos ya acostumbrados. Pero seguro que notaríamos si faltase el aire.

5.5.08

Fotos de la excursión a Toledo


Aquí



Fotos por Azahara Mora-Gil, Mª Carmen Cuadrado y...
otr@s

15.4.08

La religión

Estaba pensando en los intentos del ser humano por controlar la situación. Un ejemplo de esto puede ser la religión, que funciona como consuelo porque, en mi opinión, necesitamos creer en algo. Preferiríamos que en el mundo hubiera demonios que cruel indiferencia, es decir, que no le importemos a nada ni a nadie. Queremos tener el control de la situación pensando que “si nos portamos bien” iremos al cielo y se castigará a los “malos” (…)

11.4.08

El amor

Hay muchos tipos de cariño y de sentimiento y cada uno de nosotros se lo hacemos saber de diferente manera a la persona que creemos que se lo merece. Muchas veces comparamos nuestras relaciones con las de los demás y eso es un error, ya que como se suele decir cada relación es un mundo y en cada una de esas relaciones intervienen personas distintas. Cada uno sabe en quién confía, con quién se divierte, a quién necesita y de qué manera se tiene que comportar con cada persona.

Diario filosófico ¡sin censura!

Decido colgar íntegro el Diario de un compañero, porque me gustó especialmente. Pincha en el siguiente enlace

Diario filosófico

6.4.08

Miguel Brieva/Diagonal Periódico

4.3.08

La soledad

Reflexionar sobre esto es un poco complicado, porque hay días que agradeces estar solo y otros que necesitas tener a alguien a tu lado. Mi pensamiento es que todos necesitamos tener una soledad propia, pero creo que sería muy difícil vivir sin alguien a tu lado, no compartirías momentos, no tendrías recuerdos, sólo los tuyos, que has pasado en soledad. Hay gente que vive en soledad, sin pareja, sin familia, sin amigos, y no creo que sea porque ellos hayan elegido eso; (…) hay personas que se ayudan en su soledad, por ejemplo sacando sus problemas y desahogándose con un lápiz y un papel, otras pintando, etc…Esto me parece muy bien, pero aun teniendo esas cosas, si sientes soledad siempre te faltará lago.

14.2.08

El recuerdo

Leyendo el libro que esta próxima evaluación he escogido, me llamó mucho la atención una de las preguntas que se hace el personaje principal, con la que estoy de acuerdo: cuando estamos con alguien o simplemente vivimos una experiencia feliz, estamos alegres de saber que somos felices y esperamos que el día en que ese recuerdo nos vuelva a la cabeza nos hará sentir bien, porque estamos seguros de que recordaremos esa felicidad; pero en cambio, si al tiempo de haber pasado esa experiencia nos damos cuenta de que en realidad estábamos engañados y no nos dimos cuenta, sentiremos dolor al recordarlo porque nos quedamos con el recuerdo, no de la felicidad que vivimos en ese momento, sino de que aunque fuimos felices estuvimos engañados; por tanto esa felicidad desaparecerá en nosotros. Esta reflexión para mí particularmente es muy dura, ya que verdaderamente de los recuerdos que se tienen sólo nos quedamos con lo malo de la experiencia; aunque por un momento fuéramos realmente felices, el sentimiento de traición y de rabia lucha contra el de felicidad, y posiblemente la mayoría de las veces gana la rabia y la traición, que convierten a ese recuerdo que fue feliz en un recuerdo doloroso. No debería ser así, ¿por qué no recordamos lo feliz aunque luego nos hayamos dado cuenta del engaño? En ese justo momento fuimos felices, no sentíamos dolor, rabia ni traición; por ello deberíamos recordarlo con una sonrisa.

Jajaja

¿Cómo se puede aburrir alguien tanto en Navidad teniéndolo todo y pudiendo hacer cualquier cosa en un día que no llueve?

El odio

Algunas personas opinan que el odio se basa solamente en las ganas de matar, para mí el odio no se basa sólo en eso, para mí eso es tan solo un síntoma más. Para otras personas el odio es comprender que algo ha salido mal, es un dolor que se ha escondido en el corazón mediante el cual se intenta crear otra de las muchas máscaras de la vida. Y para mí el odio es ver cómo se desmorona algo que tú has sentido, o que tú has vivido o que tan sólo tu cabeza ha creado, y el dolor de ver eso de tal manera.

11.2.08

La Felicidad.

Ése gran objetivo mundial, al que todos queremos de cabeza sumergirnos y que nos mime entre sus brazos cual madre primeriza a su retoño. (Vaya por Dios, hoy estoy poético).

De todos modos, este sentimiento tan general, deseado y obvio, es sin embargo, una emoción de difícil descripción; este intríngulis, tan simple como complejo, desde las distintas visiones de ello, como pueden ser:

El tener mucho dinero, salud, amor, posesiones materiales (que por lo general no suelen ser palos para tirarle a tu perro y por tanto van de la mano del poderoso caballero Don Dinero).


Pero esto, más que la felicidad en sí misma, serían sus diferentes caminos de obtención, no siendo entonces la esencia de la felicidad, sino el encrespado camino a recorrer para coronar esa meta.
Y es que, la felicidad es un sentimiento definido por muchos como el súmmum que toda vida debe alcanzar, el sentimiento que culmina nuestras existencias, y demás tópicos románticos que no me apetece señalar, por tanto; dinero, posesiones y demás no dan la felicidad, pero la ausencia de estas ¿la quitan?

Poderoso e infame hidalgo.

“Hace mucho el dinero, mucho se le ha de amar
al torpe hace discreto y hombre de respetar
hace correr al cojo y al mudo le hace hablar
Quien no tiene dinero no es de sí señor”

Arcipreste de Hita. (en esa época no existía el copyright, pero es más honorable decir de quién es, supongo).

Ya lo dijo el Arcipreste de Hita, este señor es acusado de ser esclavizador, escurridizo, y, lo que es aún más gracioso de no ser necesario para alcanzar la felicidad.
Bien, siendo innecesario para nuestro objetivo vital (dirigiéndonos hacia la felicidad, impasibles), ¿por qué todo el mundo se aferra tanto a él?
Maldita sea, si no lo necesitas, ¡tíralo! ¿Por qué me miras con esa cara como si fuera un loco? Tú misma que estarás leyendo estarás alucinada ante semejante ida de olla.
Pero, si todos soltamos el dicho de “El dinero no da la felicidad” para quedarnos tan anchos, expande nuestro espíritu y reconforta a los que lo escuchan, ¿por qué no lo cumplimos?
La solución es sencilla: este ideal altivo y orgulloso es FALSO, necesitamos el dinero para absolutamente casi todo, gran parte de nuestras posesiones, que nos reconfortan, proceden de este abusivo personaje, porque, reconozcámoslo, revolcarte en tu pedazo de sofá de 5000 euros sienta mejor a las posaderas (y lo que no son las posaderas) que hacerlo en frío suelo.

Así pues, no se contente la gente con decir que podrían vivir sin dinero, estarían siendo hipócritas, con ellos mismos primeramente y con los demás después. No nos engañemos, el dinero es una gran fuerza en nuestras vidas, cierto es que no hay nada más reconfortante que dedicarte a ese trabajo que siempre te ha gustado, pero claro está que su gran condimento es el sueldo, y cuanto más mejor (pobrecita la sal).

Así pues, el dinero no dará la felicidad, pero si que la quita. Curioso. Quizá piense que me contrarío respecto al otro día, y en cierto modo es así, pero es que no he podido dejar pasar criticar lo hipócrita de tan hilarante idea.

Y como colofón:

El dinero es una nueva forma de esclavitud, que sólo se distingue de la antigua por el hecho de que es impersonal, de que no existe una relación humana entre amo y esclavo”

Liev Nikolaievich Tolstoi


Navidad.


¡Época de júbilo y gozo, aparentemente inventada para reunirte con la familia y ser generoso y amable!
Todo parece de un color más suave y cándido en esta bella época del año, la gente, las luces, nacen buenas voluntades y altruistas sentimientos de los corazones y de lo más hondo de las gentes.
La belleza de espíritu parece solo poder aflorar en determinadas épocas del año, ¿por qué necesitamos de unas fechas determinadas para liberar nuestra parte más amable?

Esto podría hacerse perfectamente en cualquier época del año, y saliendo del tópico de que esto podría convertir el mundo en un lugar amable y humano (cuál barato anuncio de compresas), la intrínseca explicación de porqué no se hace durante todo el año es un interrogante difícilmente descifrable, recóndito y lejano, sabrá Dios (o el amigo imaginario de turno) el porqué.
Parece que da pereza y que tenemos una resistencia innata a la colaboración, puesto que el individualismo es mucho más factible desde el punto de vista de su gran e inexplicable comodidad.
Se podría colaborar siempre que se quisiese, para hacerlo todo mucho más cómodo y suave, pero parece ser que… no hay ganas.
En mi opinión, todo aquel que se deja llevar por este espíritu de forma tan sólo pasajera es un mentiroso, y no hay nada peor en el mundo que mentir.

Lo que tenía que llegar …

¡Ya llegó, al fin! Y ante nosotros se postra sonriente y pura, con sus mejores galas y deseos.
Me refiero sin duda, a la familia. Ese ente vivo formado por un número variable de personas, ese grupo adorable con el que se debe de ser, por unas incomprensibles reglas de cortesía, impuestas desde una omnipotente lógica que todos hemos de respetar, Amables (y en circunstancias normales quizá a más de uno mandases al carajo).

Muchas veces, todos nos encontramos ante la situación de:

¡Ey, primo tercero tirando por la derecha en el árbol genealógico, del que no conozco y no sé nada, ¿qué tal te encuentras?!

Y si no la has vivido, por lástima, estoy seguro de que no te cuesta nada imaginártelo.
Pero no entiendo por qué tengo que interesarme por un completo desconocido, cierto es que se necesita una mínima voluntad para establecer relaciones, esto es obvio. Lo que no entiendo es por qué este esfuerzo de comunicación es doble o triplemente obvio cuando se trata de un familiar, ¡¿pero a mí que más me da lo que le pase a Fulano o a Mengano?!
Quisiera poder decidir con quién debo o no estrechar mis lazos, esas irremisibles cadenas que nos precipitan a compartir tu vida con unas u otras personas, no, que como si de una mula vieja se tratara, me atrajeran tirando de unas riendas constituídas no por cuero, si no por “obviedad”.
Si tengo que apreciar a alguien quiero hacerlo por lo que es, no por quién es.


Dirigido.


No es la trayectoria de ningún proyectil, sino los modales.
Y no me refiero a esas odiosas palabrejas que indican una intención en cuanto a lo que dice el hablante.
Me refiero a los patrones de comportamiento.
Es curioso que en una sociedad tan avanzada y con tantísimos matices y puntos de vista sólo haya un patrón por el que comportarse, y, como es lógico, quien salga o escape de este patrón no es una persona “correcta”.
Así mismo, todos estos modales que tenemos que llevar a cabo por estas riendas sociales y que cumplimos como pobres ovejitas de un gran rebaño, ¿son realmente sentidas y queridas por todos nosotros?
Me refiero sencillamente a que la gran mayoría de estas pautas son un espectáculo ilusorio, puesto que las respetamos por una inercia y por alguna razón rara vez las quebrantamos.
Y bien, tomando lo ilusorio como irreal, y lo irreal como mentira … ¿no estamos mintiendo?


“Calidad”


Somos personas, Homo Sapiens Sapiens, todos estamos hechos de carne y hueso, y, según un hombre de larga barba llamado Darwin, provenimos de ese simpático animal que identificamos con el sustantivo de mono o simio. ¡Y hasta dicen que somos iguales ante la Ley!
Siendo así, con una esencia común igual, ¿en qué se mide nuestra calidad como personas?
Imaginemos la siguiente situación:

Un preso condenado a muerte (supongamos que condenado justamente de acuerdo con las leyes) y un ladrón de coches y una madre de familia se encuentran en un estado grave de salud y necesitan atención médica urgente. Pero la situación se complica un poco más (apretemos más la tuerca), no hay muchos recursos, por tanto: ¿qué merece cada cual y por qué?


Desde un punto de vista ético la que mejor obra de estos tres personajes es la mentada madre de familia, aún siendo los tres personas (recordemos el rollo de la carne y el hueso), ¿merece esta mujer, siendo igual a los otros dos, mayor y mejor atención?, ¿a ella haremos todo tipo de pruebas, pero… y a los otros dos?
El condenado, por sabiduría popular: “Algo habrá hecho”, por tanto, hmmm, ¿quizá solo una radiografía y analgésicos? Y qué me dices del ladrón de coches, ¿radiografía, resonancia, ecografía y antibióticos?
Pero, si todos somos lo mismo, por qué se hacen estas diferencias, ¿por qué se induce a la idea de que el condenado y el ladrón son peores que la madre amantísima?
Es, claramente, por la libertad de juicio con respecto a unos valores estipulados como correctos, pero, estos valores son demasiado variables y endebles, lo que es correcto aquí, está mal allí y viceversa. Y rozando el tópico (que hoy estoy tentando como un campeón), ¿por qué son mejores las normas de un sitio que de las de otro?
Se tiende a despreciar lo que no es común desde el punto de vista correcto, pero no siendo común lo correcto, no se tiene nunca una conclusión concreta, entonces, ¿a qué hay que aferrarse?, ¿a qué tren nos subimos?


Hedor…


El aire es el que nos trae los aromas, el que nos ayuda a que nuestro olfato perciba las fragancias de las que todo está compuesto, y, por lo general, al aire putrefacto se le llama hedor.
Hay un tipo de hedor concreto que es despreciable en toda su esencia, y este es el Aire de Superioridad. Se asocia el olor a azufre al Diablo (enemigo del famoso amigo imaginario), pero es que este es aún peor.
Este aire de superioridad, se sustenta en la nada, sencillamente en prejuicios y enunciados estúpidos de quienes son “superiores”.
Sustentándose en la nada, se alzan altivos, orgullosos, y, desde su punto de vista “superiores”.
Este hedor se subdivide en muchas y diferentes esencias, comúnmente llamadas prejuicios, los más estúpidos de los cuales son los que atentan contra otras personas, ya que siguen sin darse cuenta de que como dijo Tyler Durden en la película: “El Club de la Lucha”:

“No somos especiales, somos la misma mierda cantante y danzante en descomposición que todos los demás”


Quizá la radicalidad de esta frase no sea la más apropiada para defender este argumento, pero creo que hace que la idea circule perfectamente por nuestra conciencia (esa gran desconocida) por lo directa que es.
Pero a pesar de esto, ciertos colectivos siguen empecinados en su innata y legítima “superioridad” sin darse cuenta que representan lo más bajo existente en la sociedad, esa parte de la que nadie habla con orgullo, por un pacto silencioso constituido por sentido común. (ellos son ajenos a este, así les va).
Desafortunadamente, estos hediondos siempre seguirán existiendo, pero curiosamente hacen excepciones con ciertas personas. Es un dato curioso que los racistas no se muestren como tales ante gente con dinero, que sino fuese por las funestas posibles consecuencias, les susurrarías al oído: “Coño, que ese también es extranjero, ¿o es que queda exento de todo mal?”
No sé si consolarme o echarme a llorar por la existencia de tal “chaleco antibalas”.


Seres vivos.


Los seres vivos se definen como tales por diversas funciones, que a resumidas cuentas son:


-Nutrición.

-Reproducción.

-Relación.


La falta, ausencia o carencia de cumplimiento de una de estas tres, excluye a todo aquel que no las lleve a cabo de ser un ser vivo (y esto no lo digo yo, sino los biólogos).
Se define al ser humano como ser vivo. Ahora bien, hablemos de la marginación.
Todas las personas que se ven obligadas a vivir solas, por unos motivos u otros, ¿dejan de ser seres vivos?.
En muchas ocasiones se define al ser humano como un ser social, siendo una característica tan importante de nuestra especie esa función de relación; cierto es que estamos en contacto con el medio que nos rodea en todo momento, pero, siendo “seres sociales”, puesto que los seres humanos necesitamos de algo más ¿esta soledad, esta ausencia de relación impide la auto calificación por parte de estas personas como humanas?, ¿o aún peor, como seres vivos?


¿Un lastre?


Hoy toca relativismo, esa filosofía que da que la verdad depende solo del cristal con el que todo se enfoque.
Pero, si todo se viera de una misma forma, ¿no se acabarían las posibilidades demasiado pronto?
Esta pluralidad y multitud de ideas es lo que nos potencia y ayuda a cubrir todas y cada una de las posibilidades que existen con respecto a cualquier cosa. Si sólo siguiéramos un curso de acción las posibilidades acabarían tan limitadas que no se habrían alcanzado tantas cosas como hoy en día existen.

Por tanto, el mosqueo de Platón por la inexistencia de un algo irrefutable queda paliado por el grado de conocimiento adquirido.

Libertades.

Este es un presente otorgado por los Amigos Imaginarios, que nos permite circular y hacer lo que queramos, siendo muy diversas las consecuencias.

Es innegable que la libertad es un derecho, pero, ¿qué es lo que delimita este derecho?

Si la libertad fuese infinita, las consecuencias, como ya se ha visto muchas veces, podrían ser nefastas, pero el delimitarla hace que sea manejable y fluida.

Así que, ¿qué límites nos permiten disfrutar de la libertad?

Están los límites mentales, auto impuestos por la conciencia de cada cual, que nos designan, según nuestros ideales lo que está bien o mal, pero siendo un límite tan subjetivo, podría decirse que no es un límite válido.

También está la Ley, que vela por la seguridad, comodidad y bienestar de los ciudadanos, aunque en ciertos países existen leyes cuestionables, como las que aprueban y hacen válidas penas de muerte, y también otras medidas de cuestionable índole ética.

También hay muchas otras formas de limitaciones diversas, que aún siendo represiones apoyan la libertad.

Así pues, la libertad puede presentarse como un arma de doble filo, que usada de una forma correcta y respetuosa puede ser la clave para progresar, o también el impulso hacia el declive.

Amiguitos.

Tiempo de hablar de esa gran presencia universal, de esos Amigos Imaginarios que poseen incluso un séquito de seguidores aduciendo al nombre de su orden, la Religión.

Desde siempre, el hombre ha sentido dudas inexplicables hacia todo lo extraño y complicado en apariencia; ahora bien, dio explicación a estos sucesos usando como medio seres superiores que originaban éstos.

Lejos de conformarse con esto, los sacerdotes religiosos promovieron unos códigos de comportamiento que permitieran un acercamiento a ese Dios, tratando de hacer prevalecer los valores que éstos promovían. Están desde las grandes religiones a las minoritarias que se dan en pequeñas etnias o aldeas, más vinculadas a la naturaleza que al hombre.

Ahora bien, esta fuerza suprema es todopoderosa, y por tanto es capaz de hacer todo lo que le venga en gana, puede hacer lo que quiera, desde premiar a sus lacayos a condenarlos en pos de la conservación de su Dogma (o collar antipulgas contra malas acciones), tratando así de guiarlos por el camino recto (con respecto a sus ideas, claro está).

El contrapunto de esta idea es que podría usarse en contra del borreguismo universal, fuerza muy arraigada en nuestro tiempo; de todos modos, muchos de los ideales de justicia, bondad y honestidad podrían promoverse de una forma sanísima sin la reclusión que en ocasiones comprenden las religiones en muchos aspectos, pues sus raíces siguen demasiado ligadas a unos tiempos en los que existía una sociedad muy diferente de la actual.

Potencial.

La palabra potencial suele usarse con la denotación de algo que en un momento dado puede desarrollarse y dar lugar a algo más grande e importante.

Hablemos del potencial de una vida, y de la probabilidad de reprimir este potencial, el famosísimo y cuestionado aborto.

Condenado por mucha gente por considerarlo un asesinato, ya que niegas la existencia de una persona (o futura persona) y eliminas completamente su posibilidad de vivir.

Para otros muchos el aborto es la salida al calvario del embarazo no deseado, del accidente imprevisto y también de criar a un niño.

¿Pero qué es más correcto, respetar una vida o eliminarla antes de que se vea consumada?

Durante los primeros meses de embarazo, el feto no siente nada, es solo un punto, pero a partir de cierto espacio de tiempo empieza a relacionarse con el medio, y es cuando empieza a percibir el mundo en el que se encuentra, pero aún no tiene conciencia de sí mismo siquiera, no posee la capacidad de raciocinio de la que tanto presume el hombre.

Siendo así, si no posee aún las características que definen al hombre como tal, ¿el feto es inválido ya que no es completamente humano?

La libertad de expresión.

Hoy he estado reflexionando sobre este derecho universal, inquebrantable e impepinablemente correcto.

A pesar de esto se le meten tales patadas a este derecho, que creo que incluso para la preservación del nombre de éste quizá debiera incluso abolirse, por la burla y mofa que se hace de él.

Hay varios ejemplos actuales; quizá el que más repercusión ha tenido ha sido el de la Familia Real, que debiera ser ejemplo para el resto de los ciudadanos y hacer prevalecer estas medidas por encima de todo, y aún así censuraron y taparon las caricaturas de Felipe y Leticia.

Otro es el de Ramoncín con la página web de alasbarricadas.com, cerrada por “afrentas al honor” contra el ya mentado personaje. ¿Pero cómo puede esperarse un personaje público, que expone y muestra su vida a los demás que no se viertan críticas sobre él o su entorno? Y aún es más, enfadarse y volver a la censura, esa tan criticada años atrás, pero claro está, que si un arma se torna en tu favor nunca será tan mala como lo era antes, pues esto es el tópico de siempre, valores fomentados para ser reprendidos de forma inverosímil.

Past.

Es curioso cómo cambia nuestro enfoque con respecto a los problemas pasados, es decir, cómo cambia nuestra forma de ver el mundo a partir de unas determinadas épocas de nuestras vidas, cómo, si miramos a la sombra irremisible del pasado, ésta unas veces se torna burlesca y otras ridícula. Ya que nuestra evolución personal exige un cambio, un constante cambio para dirigirte hacia delante.

Sería curioso hacer un registro de las interpretaciones de la vida y del mundo a partir de ciertas edades. Primero a los 18, luego a los 30, ya salidos del cascarón, otra a los 50, bien inmersos en el ritmo de vida y finalmente a los 70, disfrutando de un retiro merecido.

En realidad nosotros no somos dueños de nosotros mismos, lo es el tiempo, el tiempo es un irremisible impositor que nos empuja hacia un lado o hacia otro, que nos hace cambiar completamente nuestros esquemas en función de lo vivido.



10.2.08

El Mar

Me encanta sentarme frente al mar y mirar cómo las olas vienen y van como la vida misma. Es una sensación que me llena de paz y serenidad y en el crepúsculo de la tarde, cuando el mar y el cielo se funden, me recuerda a los abrazos de mis amigas cuando nos reencontramos.

27.1.08

Reflexión acerca de las Navidades

Por Estela López Rosillo

En diciembre da comienzo una de las fiestas más bonitas de la cultura occidental (…).
Las calles se llenan de luz, pasamos más tiempo con nuestras familias y en el ambiente se respira un inusual aire fraternal: Es Navidad. Pero, ¿realmente es ésa la situación o son sólo apariencias? Si miramos las fotos de abajo y observamos la primera podemos comprobar la presencia de un consumismo masivo, en este caso de dulces típicos de la fecha. En cuanto a la foto siguiente, vemos una opípara cena o comida navideña, mientras que en la fotografía de abajo tenemos la cara opuesta de las dos primeras: personas (muchas de ellas niños) que se empujan por obtener algún alimento.
En mi opinión habría que cambiar esta situación, por ejemplo intentando mentalizar a nuestros familiares.



* la 1ª foto pertenece al “20minutos” y la 2ª al “qué”, ambos de diciembre ’07, y la de abajo a la Enciclopedia Salvat de “El País”, vol.10 p.7386

19.1.08

La casualidad...

Buscar una nueva explicación al suceso tan beneficioso y repentino llamado suerte.
Hay un sinfín de métodos que, según algunos, llevan por el camino de la suerte. La idea de querer obtener y utilizar este fenómeno para el capricho de un hombre no la comparto.
Simplemente lo confío a la mezcla de puro azar y escaso viento.

...y la causalidad

Las casualidades no existen en la vida, porque en ella todo tiene su sentido. Las cosas que pasan, pasan siempre por una razón lógica. El mundo en el que vivimos se mueve por razones lógicas. Por tanto, la idea de casualidad no debe tomarse, sino que se debería pensar que cada acción, casa suceso, tiene un valor de intencionalidad y no de azar.

Los locos

Si una persona estuviese loca, ¿cómo sabría que lo está? Porque el mundo que ve, para ella es normal, y además no puede estar segura de que los locos no sean los demás, porque la forma de ver el mundo de los demás es diferente a la suya; así que no se podría comprobar que esa persona es la loca si uno no está seguro de no estarlo (...).

En recuerdo de la memoria

Considero la memoria una herramienta necesaria para las relaciones de amistad (...). Si esperamos que algo dure para siempre, lo máximo que podemos hacer para acercarnos a ese periodo largo y estrecho por ahora resulta ser estirar la mano hacia el don de la memoria y fijar el momento en ella.

Madrid

Hoy he ido a Madrid. He cogido el autobús y mientras iba en él he mirado por la ventana. Al mirar he visto todo Madrid en un golpe de vista: una tienda de ropa, algunas personas mirando el escaparate, unos hombres durmiendo bajo unos cartones y un barrendero trabajando.

18.1.08

Sueños

(...) había muchas personas persiguiendo un mismo sueño, todos ilusionados por alcanzarlo. Creo que todos tenemos un sueño, ¿pero el vivir sin saber si algún día lo vamos a alcanzar o el vivir sólo persiguiéndolo de alguna manera te hará infeliz? ¿O sólo el saber que luchas por tu sueño ya te llena? Creo que a todos nos hace felices sólo el hecho de intentarlo, aunque para ello haya que arriesgar algunas cosas.

La muerte

Estaba con mi hermano cuando éste me preguntó que cuándo se moriría.

Me lleva a pensar en que todos sabemos desde pequeños que moriremos, es decir, nacemos sabiendo que moriremos. Casi nadie se para a pensar en la muerte, creo que de alguna forma nos condicionaría nuestra manera de vivir (...).

15.1.08

La constancia

Hoy es el día de Reyes y, entre otras cosas, me han regalado una guitarra. Me he dado cuenta al empezar a tocarla de que necesito mucho esfuerzo y dedicación para aprender a tocarla. He pensado en cuando yo empecé a tocar la flauta dulce en el colegio, o cuando aprendí a hablar inglés; estas son cosas que me parecían muy difíciles pero ahora no me lo parecen nada en absoluto. Creo que esto me pasará con la guitarra. En todo lo que se aprende en la vida hay que ser constante, y me he vuelto a dar cuenta de ello al coger mi guitarra nueva.

La mentira

¿Cómo sabemos si decir la verdad está del todo bien o no?

Es decir, decir la verdad puede estar muy bien o no tanto. Por ejemplo, las mentiras piadosas, si mientes a alguien para no hacerle daño, ¿está bien o no?

No sé si me explico, no sé si está bien mentir para no hacer daño a alguien o lo mejor es decirle la verdad y hacerle daño.

10.1.08

Resúmenes de El Quijote

Capítulo III.- Iván Álvarez

Don quijote quería ser un caballero andante y para eso tenía que convencer al ventero de la hacienda donde se hospeda. Después de la cena, Don Quijote sin mediar palabra se puso al lado del ventero y le dijo: "De aquí no me moveré hasta que no me conceda el don que quiera". El ventero al no saber qué hacer, se lo concedió.
Cuando estaba Don Quijote velando las armas tuvo dos altercados con dos campesinos que terminaron con éstos heridos, y el ventero para que no ocurriese más le dio su bendición no tanto para bendecirle, sino para que se marchara de una vez de su hacienda.

Capítulo IV.- Corina Biolan

Saliendo de la venta, Don Quijote, se dirigió a su aldea. De camino, por el bosque, se encontró con un labrador que azotaba a un muchacho por descuidar sus ovejas. Don Quijote llego a un acuerdo con el labrador y se marchó contento por el buen acto que había hecho; sin embargo el labrador no le hizo caso y siguió azotando al muchacho hasta darle por muerto.
Siguiendo su camino, Don Quijote, se encontró también con unos mercaderes. Éste les obligó a que dijeran que Dulcinea del Toboso es la mas bella, sin embargo los mercaderes se rieron de él y se su torpeza y además uno de los mozos le propinó una paliza.

Capítulo VIII.- Mª Carmen Cuadrado

Iban Don Quijote y Sancho andando por los caminos y de repente ven a lo lejos treinta o cuarenta molinos de viento. Don Quijote piensa que son hombres de gran volumen y pretende ir a luchar contra ellos. Sancho le advierte que son molinos, pero éste continua su camino. Las aspas de los molinos mueven y arremeten contra Don Quijote dejándolo maltrecho.
Después de esto continuan andando, anochece ya ambos duermen.
Al día siguiente se encontraron con dos frailes, con un mozo y con varios coches de caballos. Don Quijote, creía que eran endiablados que habían raptado a una princesa y fue hácia ellos. Arremetió contra uno de ellos, y le tiró de la mula. Después se puso a luchar con un mozo vizcaíno.

Capítulo XVI.- Rut Márquez

Don Quijote y Sancho Panza habían tenido un accidente y una buena familia les acogió en una venta. Sancho Panza les dijo a las mujeres que su amo era un caballero de mucho prestigio. Sancho explicó que él no se había caído, pero que cuando vió que su amo sufría esas caídas a él también le dolía.
Al parecer una de las sirvientas llamada Maritornes quería tener una noche especial con don Quijote, pero este le dijo que él no iba a poder cambiar sus sentimientos, ya que él amaba a su bella Dulcinea.
Cuando llegó la noche la sirvienta fue al granero donde se encontraba don Quijote y debido al ruido el amo de la sirvienta se despertó y se fue en busca de ella. Maritornes, al ver que el amo se acercaba, se fue a esconderse en la cama de Sancho; pero éste al notar que había algo empezó a dar puñetazos. Cuando Maritornes se iba a caer, a su amo se le cayó el candil y no pudo ver nada y empezó una pelea entre todos en plena oscuridad.

Capítulo XIX.- Azahara Mora-Gil

Don Quijote y Sancho Panza están en un bosque hablando de sus hazañas.
Un día por la noche estaban andando por un camino cuando vieron una gran multitud de luces que cada vez se iban acercando más. Las luces eran veinte encamisados. Don Quijote hizo caer a uno de ellos al suelo mientras que los otros huyeron con terror.
Don Quijote no mató al encamisado porque éste le contó de dónde venía y a dónde iba, llevaba un cuerpo muerto a su tierra para enterrarlo y así Don Quijote les dejó irse.
Todo el mundo llamaría a Don Quijote el Caballero de la Triste Figura.

Capítulo XXIV.- Laura Rodríguez Iglesias

Cuando se marchaban de la cueva de Montesinos se encontraron a un hombre que iba cargado de lanzas el cual les dijo que si le interesaba a don Quijote su destino él se lo contaría en una venta que había mas adelante.
Después se encontraron a otro hombre que iba muy deprisa y le pararon. Don Quijote le preguntó que dónde iba con tanta prisa y el caballero contestó que iba a la guerra por Dios y por su rey. Entonces el caballero comenzó hablar acerca de los caballeros viejos, los cuales al final son tratados de mala manera y como si no sirviesen para nada.
Don Quijote le ofreció subir a su caballo e ir a cenar con ellos a la venta.
Al anochecer llegaron a la venta, y esta vez aunque parezca mentira Don Quijote admitió estar en una venta y no en un castillo.