10.1.08

Resúmenes de El Quijote

Capítulo III.- Iván Álvarez

Don quijote quería ser un caballero andante y para eso tenía que convencer al ventero de la hacienda donde se hospeda. Después de la cena, Don Quijote sin mediar palabra se puso al lado del ventero y le dijo: "De aquí no me moveré hasta que no me conceda el don que quiera". El ventero al no saber qué hacer, se lo concedió.
Cuando estaba Don Quijote velando las armas tuvo dos altercados con dos campesinos que terminaron con éstos heridos, y el ventero para que no ocurriese más le dio su bendición no tanto para bendecirle, sino para que se marchara de una vez de su hacienda.

Capítulo IV.- Corina Biolan

Saliendo de la venta, Don Quijote, se dirigió a su aldea. De camino, por el bosque, se encontró con un labrador que azotaba a un muchacho por descuidar sus ovejas. Don Quijote llego a un acuerdo con el labrador y se marchó contento por el buen acto que había hecho; sin embargo el labrador no le hizo caso y siguió azotando al muchacho hasta darle por muerto.
Siguiendo su camino, Don Quijote, se encontró también con unos mercaderes. Éste les obligó a que dijeran que Dulcinea del Toboso es la mas bella, sin embargo los mercaderes se rieron de él y se su torpeza y además uno de los mozos le propinó una paliza.

Capítulo VIII.- Mª Carmen Cuadrado

Iban Don Quijote y Sancho andando por los caminos y de repente ven a lo lejos treinta o cuarenta molinos de viento. Don Quijote piensa que son hombres de gran volumen y pretende ir a luchar contra ellos. Sancho le advierte que son molinos, pero éste continua su camino. Las aspas de los molinos mueven y arremeten contra Don Quijote dejándolo maltrecho.
Después de esto continuan andando, anochece ya ambos duermen.
Al día siguiente se encontraron con dos frailes, con un mozo y con varios coches de caballos. Don Quijote, creía que eran endiablados que habían raptado a una princesa y fue hácia ellos. Arremetió contra uno de ellos, y le tiró de la mula. Después se puso a luchar con un mozo vizcaíno.

Capítulo XVI.- Rut Márquez

Don Quijote y Sancho Panza habían tenido un accidente y una buena familia les acogió en una venta. Sancho Panza les dijo a las mujeres que su amo era un caballero de mucho prestigio. Sancho explicó que él no se había caído, pero que cuando vió que su amo sufría esas caídas a él también le dolía.
Al parecer una de las sirvientas llamada Maritornes quería tener una noche especial con don Quijote, pero este le dijo que él no iba a poder cambiar sus sentimientos, ya que él amaba a su bella Dulcinea.
Cuando llegó la noche la sirvienta fue al granero donde se encontraba don Quijote y debido al ruido el amo de la sirvienta se despertó y se fue en busca de ella. Maritornes, al ver que el amo se acercaba, se fue a esconderse en la cama de Sancho; pero éste al notar que había algo empezó a dar puñetazos. Cuando Maritornes se iba a caer, a su amo se le cayó el candil y no pudo ver nada y empezó una pelea entre todos en plena oscuridad.

Capítulo XIX.- Azahara Mora-Gil

Don Quijote y Sancho Panza están en un bosque hablando de sus hazañas.
Un día por la noche estaban andando por un camino cuando vieron una gran multitud de luces que cada vez se iban acercando más. Las luces eran veinte encamisados. Don Quijote hizo caer a uno de ellos al suelo mientras que los otros huyeron con terror.
Don Quijote no mató al encamisado porque éste le contó de dónde venía y a dónde iba, llevaba un cuerpo muerto a su tierra para enterrarlo y así Don Quijote les dejó irse.
Todo el mundo llamaría a Don Quijote el Caballero de la Triste Figura.

Capítulo XXIV.- Laura Rodríguez Iglesias

Cuando se marchaban de la cueva de Montesinos se encontraron a un hombre que iba cargado de lanzas el cual les dijo que si le interesaba a don Quijote su destino él se lo contaría en una venta que había mas adelante.
Después se encontraron a otro hombre que iba muy deprisa y le pararon. Don Quijote le preguntó que dónde iba con tanta prisa y el caballero contestó que iba a la guerra por Dios y por su rey. Entonces el caballero comenzó hablar acerca de los caballeros viejos, los cuales al final son tratados de mala manera y como si no sirviesen para nada.
Don Quijote le ofreció subir a su caballo e ir a cenar con ellos a la venta.
Al anochecer llegaron a la venta, y esta vez aunque parezca mentira Don Quijote admitió estar en una venta y no en un castillo.



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